En el mundo de la globalización
y de la economía capitalista, todos los productos y bienes se les confiere un
precio, un valor, ideal mercantilista que se mantiene y al que no es ajeno (en
ningún aspecto) el escenario urbano, atmosfera por excelencia y por extensión
para la sociedad, la política, la economía y las distintas esferas propias de
la modernidad. En este punto del desarrollo histórico es indudable la victoria
del ideal neoliberal, todo lo económicamente medible se inscribe en el marco de
la acumulación del valor y en la competencia que propone el libre-mercado, que
busca por sobre todas las cosas un incremento exorbitante de la renta,
fenómenos como el inmobiliario pueden dar fe concreta de ello, ahora bien ¿Qué efectos
trae esa maximización de la renta inmobiliaria dentro del escenario urbano? Es
esta pregunta la que una mirada sociológica sobre el fenómeno del mobbing
inmobiliario en la urbe de corte capitalista hecha luces sobre la
multiplicación de unas problemáticas netamente sociales, y es que no es de
asombrarse que todas configuraciones económicas tienen un reflejo en la forma
como se construye la sociedad urbana, y la ciudad en si. Como la autora del artículo
¿Modelos urbanos o anuladores sociales?[1]
se pregunta ¿a quienes le corresponde el diseño de un modelo de ciudad, como
Barranquilla? (Angely Martinez, 2012), el desarrollo de este articulo se
encausara (hacia, o al menos en parte)
bajo tal interrogante, pero especificando en sí, desde los lentes de la
sociología los efectos en la realidad social del desarrollo de un fenómeno
urbano con tendencia creciente, y que mueve los hilos de la “bonanza” económica
actual, es decir mientras ella habla de que “círculos”, “elites”, o como mejor
lo llamaría burocracias urbanas le corresponde o se toman la atribución
(obviamente motivados por unos intereses muy particulares que responden al
poder) de diseñar la urbe y por ende a todos, yo extenderé (o por lo menos me
pondré en la tarea) esa idea a la incógnita sobre que fenómenos de igual manera
participan en ese modelaje social y geográfico.
Ya mencionamos antes que existe actualmente un incremento en la renta del
espacio que beneficia e inherentemente responde a una lógica neoliberal, pero
que esta moldea a la vez una estructura social urbana, que produce al tiempo
nuevas dinámicas y efectos en la sociedad urbana que deben ser analizados. Para
la digestión conceptual y en aras de “ser prácticos” el presente documento se inscribirá
solo en “algunos” de esos fenómenos pues el propósito principal es sentar la
discusión en torno a esta temática, serán trabajos posteriores los que le corresponderá
desarrollar a profundidad muchas de las ideas que aquí se exponen.
El fenómeno del valor del suelo, produce un resquebrajamiento económico de las distintas áreas de la ciudad, lo que conlleva a una concentración residencial de ciertos sectores sociales sobre ciertos sectores urbanos, en otras palabras, es el valor del suelo la lógica por la que ciertos sectores que comparten características sociales y económicas homogéneas se acomodan a lo largo y ancho de la geografía urbana según un “rango de consumo” que llamaremos “capacidad adquisitiva” lógica que a sido constante en la formación y crecimiento en la mayoría de las grandes ciudades y que en Barranquilla notablemente se denota de esta manera. Así ciertas capas sociales se hacen de espacios exclusivos que su capacidad adquisitiva les permite acceder, y al tiempo protegen su área urbana de un efecto desvalorizador que pueden generar las demás capas sociales es decir el espacio es un campo de batalla que aun en nuestro tiempo, por lo menos en lo urbano retoma símbolos diferenciadores esto legitimado económica y jurídicamente.
El fenómeno del valor del suelo, produce un resquebrajamiento económico de las distintas áreas de la ciudad, lo que conlleva a una concentración residencial de ciertos sectores sociales sobre ciertos sectores urbanos, en otras palabras, es el valor del suelo la lógica por la que ciertos sectores que comparten características sociales y económicas homogéneas se acomodan a lo largo y ancho de la geografía urbana según un “rango de consumo” que llamaremos “capacidad adquisitiva” lógica que a sido constante en la formación y crecimiento en la mayoría de las grandes ciudades y que en Barranquilla notablemente se denota de esta manera. Así ciertas capas sociales se hacen de espacios exclusivos que su capacidad adquisitiva les permite acceder, y al tiempo protegen su área urbana de un efecto desvalorizador que pueden generar las demás capas sociales es decir el espacio es un campo de batalla que aun en nuestro tiempo, por lo menos en lo urbano retoma símbolos diferenciadores esto legitimado económica y jurídicamente.
Siguiendo el curso del presente
documento es asi como emerge en lo urbano, la segregación espacial, tanto
residencial como habitacional. Bosquejada gráficamente y presente en las
distintas áreas y entornos urbanos de nuestra ciudad (sobretodo en el contraste
norte-sur). Lo que se pretende es desvelar las tipologías y características de
este fenómeno en particular y las distintas consecuencias que rondan y
adquieren vida en el escenario social, no solo en aquellos que podríamos llamar
“victimas” de la segregación sino en las incidencias que tiene por
interdependencia con el mercado inmobiliario, como algunos autores lo
mencionan ya que este mercado no
aprovecha las potencialidades demandatarias de las capas sociales excluidas, que
carecen de una movilidad urbana (en términos sociológicos no hay movimiento en
sentido horizontalmente social). En líneas generales se propone traer a
colación sobretodo la incapacidad de la administración pública y el estado para
controlar los efectos del libremercado, en la procura de buscar una justicia, y
equidad social entre las grandes brechas diferenciadoras que hay a lo ancho del
espacio urbano.
Por: Bryan Avila
No podemos comparar estos dos sectores sociales... por concepto de terrenos es a mi punto de ver que su valor varia depende de su capacidad productiva pues si bien en una construyo 10 pisos(norte) en la otra solo puedo construir 3 (sur). esto hace que su valor varie... ahora bien un manera como se puede extrapolar. es que se midan las fuerzas productivas y de allí dependiera su valor... esto seria mas equidad social guste o no a siertos sectores, individuos, o agentes economico.
ResponderEliminar...lo cierto es que si estos modelos urbanísticos siguen propagándose, sera ineludible para la sociología u otra ciencia social preguntarse: ¿a donde quedara el concepto tradicional de barrio? ¿es mas aceptable reemplazar por olímpicas a las pequeñas tiendas de esquina? ¿que pasara con la cultura urbana, pieza innata y adherida por naturaleza a la ciudad? ¿es mas razonable cambiar las tradiciones, hábitos cotidianos, costumbres, y vivencias culturales, por confort, tranquilidad y vista al mar?. el problema no es de quien mas tenga sino de analizar si la ciudad que crece urbanisticamente a pasos agigantados, esta siendo pensada tanto para el alto ejecutivo dueño de la macro-empresa, como para el vendedor de calle dueño del carro de helados...
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