Acogerse a un análisis urbano es acogerse a un
análisis de ciudad, y acogerse a un análisis de ciudad, es asumir un estudio que
se esmere por incluir en su trabajo teórico-práctico todas las problemáticas (políticas,
económicas, pero también socio-culturales, de identidades y costumbres, así
como también de espacios), que conciernen y constituyen la ciudad. No obstante,
pretender realizar un análisis completo y perfecto de la ciudad y pregonar que se ha incluido todos y cada uno de los
aspectos en el análisis, resultaría un tanto utópico (aunque no imposible) y un
poco ambicioso, sin embargo, si se cuenta con las herramientas, metodologías y
estrategias pertinentes entre las cuales destaco una muy importante, la interdisciplinariedad, y sobretodo la creatividad, donde permítanme hacerle gala a las ideas de robert park, pionero de la
sociología urbana desde la escuela de chicago, se podría pensar en un muy buen
análisis de la ciudad pero aun sin descartar que se podrían dejar cabos
sueltos, es por ello que lo primordial es contar con una buena base para
cimentar la investigación, donde se delimiten las categorías y conceptos principales
y se establezcan líneas que se ocupen cada una de un tema específico a tratar,
de ese modo se pueden lograr análisis investigativos en cada aspecto particular
(no es el fin realizar investigaciones separadas y aisladas, pues el error es
no integrarlas) y al final realizar el balance general de la situación de las
principales problemáticas de la ciudad, y es algo que se puede llevar a cabo
-si se cuenta con los recursos- desde un salón de clases, un proyecto, un macro
proyecto, semilleros de investigación, plan de desarrollo, etc, y por que no una intencion ambiciosa.
En ese orden de ideas, este escrito pretende plantar
un análisis sociológico a cerca de una problemática específica de la ciudad que
alude al tema de cultura urbana, Hablar
de cultura urbana es hablar de una realidad palpable que encierra un número
indeterminado de fenómenos que aparecen en el momento mismo en que nace la
ciudad, la historia habla de miles de años atrás donde la cultura urbana se
cultivaba en las primeras ciudades de Mesopotamia de china y otras, donde los
individuos en medio de sus actividades para subsistir, implementaban algo más:
un estilo de vida, que obedecía a las costumbres que a su vez fijaba una manera
de relacionarse con el medio que los rodeaba. Pero dando un salto desde la
historia y aterrizando hasta nuestros tiempos, fijaremos nuestra mirada en destacar
la manera en como la cultura urbana evoluciono -y seguirá haciéndolo- mirando
de reojo el cambio que se nota en las ciudades de nuestros días, respecto a
esas primeras ciudades, para ello, es vital destacar además, como entra la
globalización a jugar un papel fundamental en ese proceso, pues trae nuevas particularidades
que se incorporan y al mismo tiempo caracterizan a la cultura urbana de hoy. Hablamos
puntualmente de subculturas y/o tribus urbanas que poseen características muy
particulares y que su inexorable vigencia en las ciudades de hoy marca pauta y
no deja de provocar debates y controversias en las sociedades actuales,
hablamos de: emos, skaters, hip-hoperos, rockeros, punkeros, metaleros, hipees,
entre otros. Son estas algunas de las principales subculturas urbanas que más
auge tienen en las urbes de hoy día (no hay que olvidarse de otras
especificidades que también constituyen a la cultura urbana tales como artistas
callejeros Que se ganan la vida en buses urbanos y calles de la ciudad; del
mismo modo pandillas juveniles y barras bravas), Evidentemente, cada una de
estas tribus o subculturas se definen y se orientan con características y
particularidades que difieren entre sí (de una subcultura a otra) no obstante,
podemos identificar un rasgo común que las define a todas y es visiblemente que
los que integran en gran parte a estos grupos urbanos son jovenes, algo que nos puede resultar obvio si
se es coherente con el principio de que todos los jóvenes están
en permanente búsqueda de su identidad y también como leí en alguna de las
paredes de un salón de mi alma mater: “ser
joven y no ser revolucionario es una contradicción” esto nos puede llevar a
concluir que es apenas lógico que los jóvenes planteen alternativas para la
lluvia de problemas que aquejan hoy a nuestra sociedad.
Pero no todo es color de rosa, cuando las
manifestaciones de estas subculturas o tribus urbanas tienden a desviar -por así decirlo- su camino de aporte a la sociedad y optan por
cometer actos vandálicos (en este caso se lo atribuimos más a las barras bravas
y pandillas) o que atenten contra la integridad física de otras personas e
incluso de ellos mismos (en el caso particular de los emos, aunque de cierto
modo todos lo hacen gracias a sus adicciones) consumiendo sustancias
alucinógenas en exceso -sin pretender definir aquí si está bien o mal que lo
hagan-, dibujando grafitis en los lugares públicos, apropiándose de dichos
lugares y provocando el recelo de la comunidad, esto ciertamente nos indica que
existe un déficit donde el científico social llámese sociólogo, antropólogo,
historiador etc. no puede flaquear.
Si de plantear soluciones se trata, la primera es no
fomentar el prejuicio de la sociedad hacia estas subculturas y respetar cada
forma de pensar y sentir el mundo que nos rodea sin pretender someterla a las
fuerzas a ningún dogma tradicional o de otra índole, dejemos que los jóvenes
piensen por si solos y mejor estemos pendientes de que lo hagan como debe ser,
en vez de satanizar, permítanseles espacios donde se puedan expresar libremente
y no tengan que apropiarse de espacios públicos, y esto compete desde la
administración encargada de la ciudad, pasando por las autoridades competentes,
no es prejuzgándolos, es entendiendo que pueden pensar distinto, no es
acabándolos, es propiciándoles espacios, la ciudad crece urbanísticamente,
grandes edificaciones, centros comerciales y conjuntos cerrados de grandes
familias, y…¿ qué hay de la cultura urbana?,¿ Dónde están los espacios para
estas subculturas que se quieren expresar libremente? Quizás el déficit de
estas subculturas, expresado en relativos actos inadecuados se debe a la
indiferencia de los entes políticos encargados, que quizás creen abolir a estos
grupos cuando en realidad están
provocando que su recelo hacia la normatividad de la sociedad se
incremente. Así las cosas, La idea de este breve escrito es aclarar que la
cultura urbana existe y que también es visible y que sus problemáticas en la
ciudad nuestra de hoy, requieren la misma importancia que tienen (en nuestro
contexto) el TLC, la televisión, nuestros noticieros, la popularidad de
nuestros gobernantes, etc.
Por
Luis silvera, sociología. Universidad del Atlántico.
Muy interesante pero hay que con más profundidad
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