Lecturas de la urbe

Conferencia: Globalización, desigualdad y nuevos problemas espaciales urbanos de Barranquilla en el siglo XX


Conferencia: "Globalización, desigualdad y nuevos problemas espaciales urbanos de Barranquilla en el siglo XX"

Conferencista invitado: Maestro Efraín Llanos Enríquez, Uniatlántico.

Organiza: Proyecto de semillero de investigación en temas urbanos, Programa de Sociología

Todos estan cordialmente  invitados a la 2do evento organizado desde el proyecto de semillero encabezado por el profesor Oscar Jimenez, se estara realizando este martes en el primer piso de la biblioteca Orlando Fals Borda, a las 4:30 de la tarde, agradecemos su asistencia...
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Mercantilizacion del suelo urbano


En el mundo de la globalización y de la economía capitalista, todos los productos y bienes se les confiere un precio, un valor, ideal mercantilista que se mantiene y al que no es ajeno (en ningún aspecto) el escenario urbano, atmosfera por excelencia y por extensión para la sociedad, la política, la economía y las distintas esferas propias de la modernidad. En este punto del desarrollo histórico es indudable la victoria del ideal neoliberal, todo lo económicamente medible se inscribe en el marco de la acumulación del valor y en la competencia que propone el libre-mercado, que busca por sobre todas las cosas un incremento exorbitante de la renta, fenómenos como el inmobiliario pueden dar fe concreta de ello, ahora bien ¿Qué efectos trae esa maximización de la renta inmobiliaria dentro del escenario urbano? Es esta pregunta la que una mirada sociológica sobre el fenómeno del mobbing inmobiliario en la urbe de corte capitalista hecha luces sobre la multiplicación de unas problemáticas netamente sociales, y es que no es de asombrarse que todas configuraciones económicas tienen un reflejo en la forma como se construye la sociedad urbana, y la ciudad en si. Como la autora del artículo ¿Modelos urbanos o anuladores sociales?[1] se pregunta ¿a quienes le corresponde el diseño de un modelo de ciudad, como Barranquilla? (Angely Martinez, 2012), el desarrollo de este articulo se encausara  (hacia, o al menos en parte) bajo tal interrogante, pero especificando en sí, desde los lentes de la sociología los efectos en la realidad social del desarrollo de un fenómeno urbano con tendencia creciente, y que mueve los hilos de la “bonanza” económica actual, es decir mientras ella habla de que “círculos”, “elites”, o como mejor lo llamaría burocracias urbanas le corresponde o se toman la atribución (obviamente motivados por unos intereses muy particulares que responden al poder) de diseñar la urbe y por ende a todos, yo extenderé (o por lo menos me pondré en la tarea) esa idea a la incógnita sobre que fenómenos de igual manera  participan en ese modelaje social y geográfico. Ya mencionamos antes que existe actualmente un incremento en la renta del espacio que beneficia e inherentemente responde a una lógica neoliberal, pero que esta moldea a la vez una estructura social urbana, que produce al tiempo nuevas dinámicas y efectos en la sociedad urbana que deben ser analizados. Para la digestión conceptual y en aras de “ser prácticos” el presente documento se inscribirá solo en “algunos” de esos fenómenos pues el propósito principal es sentar la discusión en torno a esta temática, serán trabajos posteriores los que le corresponderá desarrollar a profundidad muchas de las ideas que aquí se exponen.
 El fenómeno del valor del suelo, produce un resquebrajamiento económico de las distintas áreas de la ciudad, lo que conlleva a una concentración residencial de ciertos sectores sociales sobre ciertos sectores urbanos, en otras palabras, es el valor del suelo la lógica por la que ciertos sectores que comparten características sociales y económicas homogéneas se acomodan a lo largo y ancho de la geografía urbana según un “rango de consumo” que llamaremos “capacidad adquisitiva” lógica que a sido constante en la formación y crecimiento en la mayoría de las grandes ciudades y que en Barranquilla notablemente se denota de esta manera. Así  ciertas capas sociales se hacen de espacios exclusivos que su capacidad adquisitiva les permite acceder, y al tiempo protegen su área urbana de un efecto desvalorizador que pueden generar las demás capas sociales es decir el espacio es un campo de batalla que aun en nuestro tiempo, por lo menos en lo urbano retoma símbolos diferenciadores esto legitimado económica y jurídicamente.
Siguiendo el curso del presente documento es asi como emerge en lo urbano, la segregación espacial, tanto residencial como habitacional. Bosquejada gráficamente y presente en las distintas áreas y entornos urbanos de nuestra ciudad (sobretodo en el contraste norte-sur). Lo que se pretende es desvelar las tipologías y características de este fenómeno en particular y las distintas consecuencias que rondan y adquieren vida en el escenario social, no solo en aquellos que podríamos llamar “victimas” de la segregación sino en las incidencias que tiene por interdependencia con el mercado inmobiliario, como algunos autores lo mencionan  ya que este mercado no aprovecha las potencialidades demandatarias de las capas sociales excluidas, que carecen de una movilidad urbana (en términos sociológicos no hay movimiento en sentido horizontalmente social). En líneas generales se propone traer a colación sobretodo la incapacidad de la administración pública y el estado para controlar los efectos del libremercado, en la procura de buscar una justicia, y equidad social entre las grandes brechas diferenciadoras que hay a lo ancho del espacio urbano. 

Por: Bryan Avila
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Carta de presentacion: hoy barrio abajo


El barrio Abajo es un barrio tradicional de la ciudad de Barranquilla, en el cual está habitado por personas con características humanas relacionadas con la cultura costeña, pero no desde un ámbito netamente geográfico, sino como epicentro y referente histórico del proceso de construcción de nuestra ciudad.
El barrio Abajo es un barrio multicultural y multiétnico donde se evidencia que viven personas con raíces afro descendientes, indígenas haciendo de este unn caldo nutritivo cultural más, lo que hace la diferencia entre el barrio Abajo y los demás barrios de Barranquilla son sus habitantes que en su vida cotidiana demuestran el ser caribe, un "ser" expresado desde su esencia que en el diario vivir lo reflejan desde todos los aspectos que caracterizan el barrio (se evidencia cuando las personas se sientan en una esquina a hablar sobre política, economía, deportes etc. Con un carácter jovial, chévere, chabacano) En este barrio sus habitantes se concentran en torno a juegos como el domino, el ajedrez, el parques en los cuales no hay distingo de edad, genero, profesión o clase social. La interacción diaria entre las personas del barrio hace ver su calidad de solidarios, de alegres, de “mamadores de gallo “y se demuestra como todo barranquillero su afición por la música salsa, por los sonidos del caribe y por la música en general.
Situado geográficamente en el centro de la ciudad rodeado por vías principales como la vía 40, la murillo y la carrera 54, en él se encuentran lugares que se pueden considerar como representativos de la ciudad como: La casa del carnaval, El estadio Tomas Arrieta, El Banco de la Republica y a sus alrededores se encuentran otros lugares característicos culturalmente en la ciudad, como: EL coliseo cubierto, El teatro Amira De la Rosa, La Biblioteca La Aduana y El parque Cultural, esto significa que el barrio Abajo está concentrado en el centro cultural de la ciudad. El evento cultural más significativo de esta ciudad toma parte en el barrio Abajo y saca a relucir su papel cultural en la ciudad, como paso obligado a los eventos y como espacio para la configuración de grupos de baile que participan en el carnaval como Las marimondas del barrio Abajo.
Entrar en barrio abajo es abrir la puerta, o es encontrar el enclave para entender ¿el por que  somos asi?, y no solo es suscitar el debate de estudiar la ciudad desde este pequeño fragmento de tierra, es mas bien un llamado a estudiar desde “el barrio” entender Barranquilla desde su complejidad, desde sus micromundos, idea que sera tarea de todos los implicados, donde las opiniones al respecto retumban de todos lados y es responsabilidad de todos nosotros hacer que florezcan...

Por:Sergio De los Reyes
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Caleidoscopio urbano (opinión de un mortal)


Acogerse a un análisis urbano es acogerse a un análisis de ciudad, y acogerse a un análisis de ciudad, es asumir un estudio que se esmere por incluir en su trabajo teórico-práctico todas las problemáticas (políticas, económicas, pero también socio-culturales, de identidades y costumbres, así como también de espacios), que conciernen y constituyen la ciudad. No obstante, pretender realizar un análisis completo y perfecto de la ciudad y pregonar  que se ha incluido todos y cada uno de los aspectos en el análisis, resultaría un tanto utópico (aunque no imposible) y un poco ambicioso, sin embargo, si se cuenta con las herramientas, metodologías y estrategias pertinentes entre las cuales destaco una muy importante, la interdisciplinariedad, y sobretodo la creatividad, donde permítanme hacerle gala a las ideas de robert park, pionero de la sociología urbana desde la escuela de chicago, se podría pensar en un muy buen análisis de la ciudad pero aun sin descartar que se podrían dejar cabos sueltos, es por ello que lo primordial es contar con una buena base para cimentar la investigación, donde se delimiten las categorías y conceptos principales y se establezcan líneas que se ocupen cada una de un tema específico a tratar, de ese modo se pueden lograr análisis investigativos en cada aspecto particular (no es el fin realizar investigaciones separadas y aisladas, pues el error es no integrarlas) y al final realizar el balance general de la situación de las principales problemáticas de la ciudad, y es algo que se puede llevar a cabo -si se cuenta con los recursos- desde un salón de clases, un proyecto, un macro proyecto, semilleros de investigación, plan de desarrollo, etc, y por que no una intencion ambiciosa.
En ese orden de ideas, este escrito pretende plantar un análisis sociológico a cerca de una problemática específica de la ciudad que alude al tema de cultura urbana, Hablar de cultura urbana es hablar de una realidad palpable que encierra un número indeterminado de fenómenos que aparecen en el momento mismo en que nace la ciudad, la historia habla de miles de años atrás donde la cultura urbana se cultivaba en las primeras ciudades de Mesopotamia de china y otras, donde los individuos en medio de sus actividades para subsistir, implementaban algo más: un estilo de vida, que obedecía a las costumbres que a su vez fijaba una manera de relacionarse con el medio que los rodeaba. Pero dando un salto desde la historia y aterrizando hasta nuestros tiempos, fijaremos nuestra mirada en destacar la manera en como la cultura urbana evoluciono -y seguirá haciéndolo- mirando de reojo el cambio que se nota en las ciudades de nuestros días, respecto a esas primeras ciudades, para ello, es vital destacar además, como entra la globalización a jugar un papel fundamental en ese proceso, pues trae nuevas particularidades que se incorporan y al mismo tiempo caracterizan a la cultura urbana de hoy. Hablamos puntualmente de subculturas y/o tribus urbanas que poseen características muy particulares y que su inexorable vigencia en las ciudades de hoy marca pauta y no deja de provocar debates y controversias en las sociedades actuales, hablamos de: emos, skaters, hip-hoperos, rockeros, punkeros, metaleros, hipees, entre otros. Son estas algunas de las principales subculturas urbanas que más auge tienen en las urbes de hoy día (no hay que olvidarse de otras especificidades que también constituyen a la cultura urbana tales como artistas callejeros Que se ganan la vida en buses urbanos y calles de la ciudad; del mismo modo pandillas juveniles y barras bravas), Evidentemente, cada una de estas tribus o subculturas se definen y se orientan con características y particularidades que difieren entre sí (de una subcultura a otra) no obstante, podemos identificar un rasgo común que las define a todas y es visiblemente que los que integran en gran parte a estos grupos urbanos son  jovenes, algo que nos puede resultar obvio si se es coherente con el principio de que todos los jóvenes están en permanente búsqueda de su identidad y también como leí en alguna de las paredes de un salón de mi alma mater: “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción” esto nos puede llevar a concluir que es apenas lógico que los jóvenes planteen alternativas para la lluvia de problemas que aquejan hoy a nuestra sociedad.
Pero no todo es color de rosa, cuando las manifestaciones de estas subculturas o tribus urbanas tienden a desviar  -por así decirlo-  su camino de aporte a la sociedad y optan por cometer actos vandálicos (en este caso se lo atribuimos más a las barras bravas y pandillas) o que atenten contra la integridad física de otras personas e incluso de ellos mismos (en el caso particular de los emos, aunque de cierto modo todos lo hacen gracias a sus adicciones) consumiendo sustancias alucinógenas en exceso -sin pretender definir aquí si está bien o mal que lo hagan-, dibujando grafitis en los lugares públicos, apropiándose de dichos lugares y provocando el recelo de la comunidad, esto ciertamente nos indica que existe un déficit donde el científico social llámese sociólogo, antropólogo, historiador etc. no puede flaquear.
Si de plantear soluciones se trata, la primera es no fomentar el prejuicio de la sociedad hacia estas subculturas y respetar cada forma de pensar y sentir el mundo que nos rodea sin pretender someterla a las fuerzas a ningún dogma tradicional o de otra índole, dejemos que los jóvenes piensen por si solos y mejor estemos pendientes de que lo hagan como debe ser, en vez de satanizar, permítanseles espacios donde se puedan expresar libremente y no tengan que apropiarse de espacios públicos, y esto compete desde la administración encargada de la ciudad, pasando por las autoridades competentes, no es prejuzgándolos, es entendiendo que pueden pensar distinto, no es acabándolos, es propiciándoles espacios, la ciudad crece urbanísticamente, grandes edificaciones, centros comerciales y conjuntos cerrados de grandes familias, y…¿ qué hay de la cultura urbana?,¿ Dónde están los espacios para estas subculturas que se quieren expresar libremente? Quizás el déficit de estas subculturas, expresado en relativos actos inadecuados se debe a la indiferencia de los entes políticos encargados, que quizás creen abolir a estos grupos cuando en realidad están  provocando que su recelo hacia la normatividad de la sociedad se incremente. Así las cosas, La idea de este breve escrito es aclarar que la cultura urbana existe y que también es visible y que sus problemáticas en la ciudad nuestra de hoy, requieren la misma importancia que tienen (en nuestro contexto) el TLC, la televisión, nuestros noticieros, la popularidad de nuestros gobernantes, etc.
Por Luis silvera, sociología. Universidad del Atlántico.
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¿Modelos urbanos o anuladores sociales?



La ciudad es ese espacio donde se mezclan todas las estructuras e instituciones sociales, es el escenario perfecto para la interacción y la integración social, no existe un espacio más interesante para entender y presenciar los fenómenos y las dinámicas sociales. Por ende lo urbano es un sistema de flujos y lugares cuyo equilibrio se recompone.
Haciendo énfasis en la introducción anterior, y ubicándonos en este concepto de ciudad, entendamos a Barranquilla como un ejemplo preciso y fáctico de una ciudad tan pletórica en diversidad cultural, como en problemática social, una verdadera siembra, en la que el crecimiento urbano es tan acelerado que te invita a reflexionar sobre los fertilizantes que se están utilizando para su planificación y los nuevos modelos de urbanización”.
Para entender la situación actual de nuestra ciudad en términos de su crecimiento y desarrollo urbano, debemos partir de los hechos históricos que nos sitúen, en el nacimiento de Barranquilla y de los primeros barrios que se construyen en ella.
Partamos de ser  una ciudad que nace a orillas del río y  que a diferencia de las ciudades coloniales, no crece a partir de un centro, y no aparecen como tal instituciones centralizadas que organicen la estructura social. Lo que si podemos visibilizar es que la organización territorial rompe con cualquier esquema urbanístico.
Por las anteriores razones debería ser parte de nuestra cotidianidad y a la vez un común denominador entre quienes vivimos en La Puerta De Oro,  quienes cruzan la misma para habitar en nuestras tierras o salir corriendo de ellas,  encontrar quienes se pregunten ¿quién construye en Barranquilla? ¿Quiénes piensan la ciudad? ¿Para quiénes se piensan?
 Hago énfasis en esta serie de interrogantes, porque nos permitirán reflexionar acerca de los modelos urbanos que se imponen en una ciudad como la nuestra. Es importante partir del hecho de tener claridad, sobre los actores que están llevando a cabo el proceso y los intereses que están en juego, para poder determinar quienes son realmente los beneficiados y el papel que jugamos nosotros al igual que si tenemos o no cabida en el proceso de urbanización actual.
 A pesar de la importancia de un tema como éste, sería bastante idealista de mi parte creer que a todos nos genera el mismo interés, quisiera yo, que realmente este tipo de interrogantes azuzaran nuestras mentes, pero como quizá no es el caso aprovechare el espacio para compartir y ojala dejar en mentes de quienes me lean, la constante pregunta que anida en la mía y que me genera todo tipo de ambigüedades y disputas internas.
Barranquilla está creciendo a pasos agigantados y lo más preocupante del asunto es que no está creciendo en igualdad de condiciones, pareciera como si nuestra ciudad estuviera siendo pensada por un grupo en particular, que dirige y encamina todos sus esfuerzos en convertirla en una barranquilla de ÉLITE, donde los sectores ajenos a dicho grupo social, no pueden disfrutar de una ciudad que va en carrera hacia la modernización.
Todos reconocemos y sabemos que no existe“BARRANQUILLA” como tal, lo que realmente podemos encontrar son barranquillas, que se convierten en un retrato latente de la intervención de los intereses de quienes se creen o se atribuyen el titulo de “dueñosde nuestra ciudad”.
Lo anterior me lleva a querer descubrir en manos de quién está la organización de la ciudad, y si ésta, representa los intereses de la sociedad barranquillera o los intereses de quienes la dirigen.  Al parecer en nuestra ciudad no todos los barranquilleros estamos de acuerdo con los nuevos modelos de urbanización y entonces el crecimiento y el desarrollo de la misma no nos benefician a todos.
Evidentemente y tras el rápido crecimiento que está teniendo una ciudad como la nuestra, aparece o más bien se nos vende el imaginario, de que la única respuesta a las necesidades de la población parecieran ser la construcción de más y más zonas residenciales, de millones de edificios con modelos arquitectónicos que apunten al confort que como muchas inmobiliaria y constructoras han decidido llamar “LA VIDA QUE TU TE MERECES” ;  donde poseemos cada vez  menos zonas verdes y más MOLES comerciales, más seguridad privada, más zonas de recreación interna, más, más y más… sin tener en cuenta que la vida que el barranquillero se merece ya no está siendo dirigida y construida dentro de la ciudad, ya no está al lado de sus vecinos, ya no está cerca a la comunidad, ahora está enfocada en un individualismo y un anonimato que amenazan con anular hasta llegar a desaparecer la vida en la ciudad como la conocimos hasta ahora, todas las dinámicas sociales se reducen a  LO QUE TU TE MERECES, y el otro se reduce a aquello de lo que te debes proteger porque no es seguro.”
“Barranquilla ceñida de agua y madurada al sol, ya esta casi en la cúspide del  ocaso debido, a que está, siendo cuidadosamente VIGILADA por quienes ahora satisfacen los deseos individuales y anulan las prioridades colectivas”. 
No pretendamos hacernos los de la vista gorda y disfrutar del confort y el estilo vanguardista que ahora podemos gozar en barranquilla, mas bien detengamos nuestras miradas en lo que algunos, están haciendo con lo que nos pertenece. 

Por: Angely Martinez
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Riomar, Golf y Buenavista, entre las zonas más costosas


Un significativo repunte registra el valor del suelo en Barranquilla, según reporta la Lonja de Propiedad Raíz, al incrementarse en promedio de un 9% en el 2010 a un 12% en 2011.
De acuerdo con el gremio, la llegada de nuevas inversiones en diversos sectores de la ciudad ha impulsado los precios tanto en valor del suelo como en área construida.
Actualmente, la zonas con mayor valorización en la capital del Atlántico en términos de precio del suelo y de construcción se ubican en Riomar y Altos de Riomar, Golf, Alto Prado, Villa Santos (sector en pleno auge), Buenavista y sus alrededores, Villa Carolina y la zona en desarrollo ubicada entre Punta Roca hacia Salgar y Puerto Colombia.
Aunque hay lugares de mayor desarrollo, también es cierto que dentro de los mismos hay lotes que se encuentran fuera de ese rango por uso múltiple o área disponible.
Para la directora ejecutiva de la Lonja Propiedad Raíz, Evelyn Martínez, el precio por metro cuadrado del área construida puede oscilar entre los $2.600.000 y $3.000.000, y el precio del suelo está en un promedio de $ 1.200.000 y $1.500.000 en la zona norte de la ciudad aledaña al Buenavista.
Si bien Barranquilla estaba rezagada en los precios a nivel nacional, hoy tienden a equilibrarse. A pequeña o gran escala, la tendencia es creciente. Pues según la Lonja, los precios del área construida y del suelo, no se encuentran en una curva de crecimiento empinada que terminará por revertirse, sino que este incremento es impulsado por una mayor demanda y un crecimiento económico sostenido en la ciudad.
En otras ciudades de Colombia la escasez de suelo urbanizable, ha propiciado un incremento de los precios y un aumento de los índices de densidad urbana. Pues si se compara con Bogotá, el metro cuadrado de área construida puede llegar hasta los $8.000.000 y en Cartagena a los $7.000.000, incluso más.
Según Martínez, el crecimiento del sector no es coyuntural, es una tendencia estructural mucho más completa en el que múltiples sectores se compaginan y han propiciado un crecimiento conjunto de todos los indicadores macroeconómicos de la ciudad.
Por ejemplo, uno de los efectos de la disminución en la tasa de desempleo está relacionado directamente con el auge del sector inmobiliario y de la construcción. “Ahora, las inversiones que están llegando y pueden llegar a Barranquilla, son uno de los elementos que inciden en la valorización del sector inmobiliario en la ciudad”, señaló la directiva.
Así mismo, Martínez resaltó que en la ciudad “no hay presencia de una burbuja inmobiliaria pues estamos en un proceso de valorización de la tierra en función de las nuevas demandas e inversión por parte de los compradores”, dijo.
De acuerdo con Edgardo Sales, gerente de la inmobiliaria Salomón Sales & Cía, Barranquilla ha recibido un impacto de valorización y de incremento por metro cuadrado como ninguna otra ciudad en el país.
“Hay zonas que se han incrementado tres y cuatro veces en los últimos dos años. En el tema residencial, la zona del Golf entre la carrera 55 y 59 y entre la carrera 79 y 82, ha crecido casi cinco veces en su valor. El precio por metro cuadrado de casas viejas para demoler, dado que lotes nuevos no hay para una construcción vertical, cuesta alrededor de $2.000.000, claro que deben existir ofertas más altas”, indicó Sales.
Esta misma incidencia ocurre en el precio por metro cuadrado construido. Un apartamento que hace 3 años costaba $2.300.000 por metro cuadrado en un estrato 5 y 6, hoy vale $4.000.000 y un metro cuadrado usado que antes se conseguía en un $1.000.000, está alrededor de $1.800.000, explicó.
Para Sales, Barranquilla es una ciudad que ha logrado crecer de manera paulatina en metro cuadrado tanto en tierra como en área construida.
“Barranquilla todavía tiene espacio para crecer y no sufre de una burbuja inmobiliaria a diferencia de otras ciudades como Bogotá y Cartagena que ya han llegado a sus techos”, añadió Sales.
Por su parte, Álvaro Cepeda, gerente de inmobiliaria Cepeda & Cía, aseguró que Barranquilla, por fortuna, aún maneja precios mucho más baratos lo cual la hace a atractiva en tierra y en área para construir.
“Todavía tiene tierra para donde crecer y los precios se han ido recuperando”, puntualizó Cepeda.
Sobre el valor del suelo
Valor comercial. La Lonja Propiedad Raíz Barranquilla publicará a mediados de marzo un estudio sobre el valor comercial del suelo de la capital del Atlántico y su área metropolitana. Esta será una herramienta para el seguimiento de proyectos urbanos y regionales, tanto del sector público como del privado. La investigación se viene haciendo desde hace dos años con la Universidad del Norte, con información aportada por inmobiliarios, valuadores y constructores. Allí se mostrará un histórico de 10 años atrás y la estructura evidente espacial de valores comerciales del suelo en una perspectiva comparativa temporal. Así mismo  se evaluó el comportamiento del valor comercial del suelo en la ciudad con relación a diferentes indicadores del desempeño económico local, regional y nacional.
De: El heraldo

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Homo Urbanus


Por Jeremy Rifkin, autor de ‘La era del acceso’ (Paidós) y presidente de la Fundación sobre Tendencias Económicas de Washington. Traducción de News Clips (EL PAÍS, 06/01/07):
El año 2007 será un gran hito en la saga humana, con una magnitud similar a la era agrícola y la revolución industrial. Según Naciones Unidas, por primera vez en la historia la mayoría de los seres humanos estarán viviendo en grandes zonas urbanas con poblaciones de 10 millones de habitantes o más. Nos hemos convertido en el Homo urbanus.
El fenómeno de millones de personas apiñadas y amontonadas unas encima de otras en gigantescos centros urbanos es nuevo. Recordemos que, hace 200 años, una persona normal de la Tierra habría conocido entre 200 y 300 personas en toda su vida. Hoy, un habitante de Nueva York puede vivir y trabajar entre 220.000 personas en un radio de 10 minutos de su casa u oficina en el centro de Manhattan.
Sólo una ciudad en toda la historia -la Roma antigua- contaba con una población de más de un millón de habitantes antes del siglo XIX. Londres se convirtió en la primera ciudad moderna con una población de más de un millón de personas, en el año 1820. En la actualidad, 414 ciudades poseen una población de un millón de habitantes o más, y no se atisba el fin del proceso de urbanización, ya que nuestra especie está creciendo a una velocidad alarmante. Cada día nacen en el planeta 376.000 personas. Se espera que la población humana alcance los 9.000 millones en 2042, la mayoría de los cuales vivirán en densas zonas urbanas.
Mientras la raza humana dependió del flujo solar, los vientos, las corrientes y la energía animal y humana como sustento vital, la población se mantuvo relativamente baja para adaptarse a la capacidad de carga de la naturaleza: la capacidad de la biosfera para reciclar residuos y reponer recursos. El punto de inflexión se produjo con la exhumación de grandes cantidades de energía solar almacenada, primero en forma de depósitos de carbón, y luego, petróleo y gas natural bajo la superficie terráquea. Aprovechados por el motor a vapor y más tarde por el motor de combustión interna, y convertidos en electricidad y distribuidos a través del tendido eléctrico, los combustibles fósiles permitieron a la humanidad crear nuevas tecnologías que aumentaron de manera espectacular la producción de alimentos, los artículos manufacturados y los servicios. El incremento de la productividad derivó en el crecimiento desenfrenado de la población y la urbanización mundial.
No es sorprendente que nadie esté realmente seguro de si este profundo punto de inflexión en las modalidades de la vida humana debería celebrarse o lamentarse, o si simplemente deberíamos dejar constancia de él. Ello se debe a que nuestra población en aumento y nuestro estilo de vida urbano se han comprado a expensas de la desaparición de los grandes ecosistemas y hábitat de la Tierra. El historiador cultural Elías Canetti comentaba en una ocasión que cada uno de nosotros es un monarca en un campo de cadáveres. Si nos detuviéramos por un momento y reflexionáramos sobre el número de criaturas y recursos de la Tierra que hemos expropiado y consumido en nuestra vida, nos horrorizaría la carnicería y la explotación que han sido necesarias para garantizar nuestra existencia.
El hecho es que las grandes poblaciones que viven en megaciudades consumen cantidades ingentes de energía del planeta para mantener sus infraestructuras y su flujo diario de actividad humana. Para poner esto en perspectiva, sólo la Torre Sears, uno de los rascacielos más altos del mundo, utiliza más electricidad en un día que una ciudad de 35.000 habitantes. Y lo que es todavía más increíble: nuestra especie actualmente consume casi un 40% de la producción primaria neta de la Tierra, aunque sólo constituimos un 0,5% de la biomasa animal del planeta. Las demás especies tienen menos para consumir. La otra cara de la urbanización es la estela que dejamos en nuestro camino hacia un mundo de edificios de oficinas de 100 plantas, torres de viviendas y paisajes de cristal, cemento, luz artificial e interconectividad eléctrica. No es casualidad que mientras celebramos la urbanización del mundo, nos aproximemos rápidamente a otro hito histórico: la desaparición de la naturaleza. El crecimiento de la población y el consumo de comida y agua, la ampliación de las carreteras y los ferrocarriles, y la expansión urbana siguen invadiendo la naturaleza y la abocan a la extinción.
Nuestros científicos nos dicen que a lo largo de la vida de los niños de hoy, la naturaleza desaparecerá de la faz de la Tierra tras millones de años de existencia. La autopista transamazónica, que cruza toda la extensión de la selva del Amazonas, está acelerando la devastación del último gran hábitat natural. Otras regiones naturales, desde Borneo hasta la cuenca de Congo, están mermando rápidamente cada día que pasa, y abriendo camino a unas poblaciones humanas cada vez mayores que buscan espacio y recursos para vivir. No es de extrañar que, según el biólogo de Harvard E. O. Wilson, estemos experimentando la mayor oleada de extinción masiva de especies animales en 65 millones de años. Actualmente perdemos por la extinción entre 50 y 150 especies al día. En 2100, dos terceras partes de las especies restantes de la Tierra probablemente se habrán extinguido.
¿Adónde nos lleva todo esto? Intenten imaginar 1.000 ciudades de casi un millón de habitantes o más dentro de 35 años. Nos deja helados y es insostenible para la Tierra. No quiero ser aguafiestas, pero quizá la conmemoración de la urbanización de la raza humana en 2007 podría ser una oportunidad para replantearse nuestra manera de vivir en este planeta. Sin duda, hay mucho que aplaudir de la vida urbana: su rica diversidad cultural, sus relaciones sociales y la densa actividad comercial. Pero es una cuestión de magnitud y escala. Debemos reflexionar sobre la mejor manera de reducir nuestra población y desarrollar entornos urbanos sostenibles que utilicen con mayor eficacia la energía y los recursos, que sean menos contaminantes y que estén mejor diseñados.
En resumen: en la gran era de la urbanización hemos aislado cada vez más a la raza humana del resto del mundo natural en la creencia de que podríamos conquistar, colonizar y utilizar la rica generosidad del planeta para garantizar nuestra completa autonomía sin consecuencias funestas para nosotros y para las generaciones futuras. En la próxima fase de la historia humana tendremos que encontrar un modo de reintegrarnos en el resto de la Tierra viviente si pretendemos preservar nuestra especie y conservar el planeta para las demás criaturas.
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Esta realmente Barranquilla preparada para la puesta en marcha del TLC?